Julieta Rubio

El tratamiento que me propuso Mariana me hizo cambiar la cabeza. La idea fue que no hiciéramos un plan de dieta, sino que yo pudiera cambiar mi estilo de vida frente a la comida. El primer objetivo fue que mi cabeza cambie de una forma permanente, y que no sea algo temporal, como lo son las dietas. Yo creo que eso es lo que más me sirvió al momento de empezar el tratamiento, porque no sentí la presión de terminarlo en algún momento, sino que de a poco se fueron generando hábitos nuevos y sanos, que me hacen sentir bien. Inmediatamente cuando salgo de esos nuevos hábitos, mi cuerpo me pasa factura y me alerta para que vuelva a encaminarme. Todo esto, sumado al seguimiento constante que Mariana tiene conmigo por celular, que eso me ayuda muchísimo. Puedo consultarle recetas, dudas, productos, y tengo siempre una respuesta rápida para poder solucionar la situación en ese momento. A diferencia de otros tratamientos que hice en mi vida, tener la posibilidad de estar en contacto constantemente con tu nutricionista, es algo super importante para mí y creo que es lo que hace que uno se sienta acompañado y pueda tomar buenas decisiones. Todo esto hace que uno siempre vuelva a recurrir a profesionales como Mariana, por la dedicación, el acompañamiento y el apoyo que uno siente constantemente; que es la ayuda que uno necesita para poder empezar a cambiar la alimentación de una forma definitiva.